Por Ti, mi Dios, cantando voy / la alegría de ser tu testigo, Señor.
1. Es fuego tu Palabra, que mi boca quemó, / mis labios ya son llamas, y cenizas mi voz. / Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: / “¡No temas, contigo estoy!”
2. Tu palabra es una carga que mi espalda dobló, / es brasa tu mensaje, que mi lengua secó. / “Déjate quemar si quieres alumbrar, / ¡no temas, contigo estoy!”
3. Me mandas que cante con toda mi voz; / no sé cómo cantar tu mensaje de amor. / Los hombres me preguntan cuál es mi misión, / les digo: “¡Testigo soy!”