Marcelo Cid
1. Aunque todo el mundo quisiera callar mi canto, / aunque pierda el rumbo y me cueste encontrarlo, / aunque reme contra la corriente y en el ruido de este mundo / no se alcance a escuchar mi voz, / yo quiero Señor / que el mismo canto de alabanza que hoy te entrego, mi Dios / se escuche firme y decidido cuando el mundo / se olvide de Ti.
2. No quiero ser yo quien tome en sus manos el látigo, / no quiero ser yo quien coloque sobre tu sien la corona de espinas, / no quiero negarte ni tres, ni dos, ni una sola vez, / no quiero cambiar mi “Hosanna” por un “Crucifícale”.
3. Cristo, amigo bueno, Salvador, / dame la fuerza, dame la entrega para no desfallecer. / Conserva en mí el espíritu vivo / para gritar con un ramo en la mano y la cruz en el pecho, Señor / que eres Cristo, el Mesías, / el que muere y resucita / por mí.
4. Aunque todo el mundo quisiera callar mi canto / con tu amor profundo cantaré más fuerte y claro / que en la cruz lavaste nuestras culpas y en tu Sangre derramada / nos alcanzas hoy la salvación / Señor.