Pablo Coloma
1. Amar a mi hermano, amar sus miserias / y a quien me dio luz y pan, / amar al que en tantos caminos hallé, / amar al amigo de ayer, / amar al que tanto dolor me causó, / amar al que me despreció, / amar al que nunca sabré comprender, / amar al que me hizo perder.
2. Amar al que he visto caído y sin fe, / a quien en la calle encontré, / a esos que he visto escondidos sin luz, / amar al que carga una cruz, / amar al enfermo olvidado por mí / y que tan solo en su lecho vi, / amar a esos niños de cara tan triste, / amarlos como nunca amé.
Como este viento del alma sopla en mí, / como esta fuerza que nunca sentí. / Padre, es tan tierna tu alma, / es tan grande tu fuerza, / que no puedo ni quiero resistir. / Hazme tan liviano que un soplo / me levante con gozo / y reviente mis venas de pasión, / luego tomar la miseria del pueblo / tan tenaz, tan injusta / que no puedo escapar a su clamor.
3. Amar siempre el bien que se encuentra en ti, / amar lo que te hace vivir, / amar hasta ya no poder soportar / el yugo que te hace llorar. / Buscar sin descanso la causa del mal, / construir el más alto ideal, / luchar a favor de lo que arde en tus venas, / llegar hasta el mismo final.
4. Amar y sentir tu más hondo aguijón / muy dentro de mi corazón, / amar con caricias, nobleza y calor, / amarte como amo al que es parte de mí, / amar y aprender a perderme en Ti sin temor.
Amar sin saber, sin preguntas ni dudas, / amar sin descanso, sin fin.