Bernardita Batlle Lathrop
1. Tras un largo camino / nos encontrábamos congregados. / Entre el frío y el miedo / que impedía mi oración, perseveraba. / Pues un mismo espíritu / acompañaba mi misión, / era María, la Madre del Señor.
2. Unidas nuestras almas / en la soledad de abandono. / Con duda y confusión, / ante la ausencia de tu Voz conocida. / Y un fuerte ruido despertó / nuestro sueño, aquel soplo / sobre nosotros , el Espíritu de Dios. / Aparecen impetuosas / llamas de fuego y de luz. / Para inundarnos de espíritu y de paz.
Ven Espíritu de Dios, / llena mi alma, llénala hasta rebosar. / Que no me canse de hablar, / que es urgente proclamar / que la historia se repite. / Todo pueblo reconozca tu mensaje de amor. / Que no me canse de gritar que no te has ido, / que hoy y siempre estás aquí.
3. Hoy todos repartidos / hemos de salir a cada pueblo. / Y dar ese mensaje, / mensaje de Verdad, de Salvación. / Derramaré mi Espíritu / sobre mis hijos y mis siervos, / todo el que invoque mi Nombre en Mí estará. / Y el lenguaje se hace uno, / hoy todos pueden entender, / pues nuestras voces se convierten en tu Voz.