Salmo 30 - Marcelo Cid
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
1. Yo me refugio en ti, Señor, / ¡que nunca me vea defraudado! / Yo pongo mi vida en tus manos: / Tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
2. Soy la burla de todos mis enemigos / y la irrisión de mis propios vecinos; / para mis amigos soy motivo de espanto, / los que me ven por la calle huyen de mí. / Como un muerto, he caído en el olvido, / me he convertido en una cosa inútil.
3. Pero yo confío en ti, Señor, / y te digo:"Tú eres mi Dios, / mi destino está en tus manos". / Líbrame del poder / de mis enemigos / y de aquellos que me persiguen.
4. Que brille tu rostro sobre tu servidor, / sálvame por tu misericordia. / Sean fuertes y valerosos, / todos los que esperan en el Señor.