Enrique da Fonseca
1. Como el río de vida que brota del corazón de un volcán / y las aguas cristalinas de las montañas que bajan al mar / al compás del sonido del viento que recorre mi tierra. / Que expresen mis labios la voz de mi alma, / un canto de gozo del que me habita, / que expresen mis labios la voz de mi alma, / un canto de gozo fuerte y vibrante del que me habita.
2. Hágase su luz, las aves cantan, / los que conocieron el dolor en el descansan, / haz visto el sol en el horizonte, el atardecer en el mar. / Él, que todo ha creado. Para Él / mi voz ha de cantar.
Reiré como un niño reiré, / subiré a sus brazos subiré, / mis ojos abriré colmados de su amor, / llorare de alegría al encontrar a mi Padre, / cansado de juegos dormiré / arrullado con su voz (bis).
Con su voz.