Fernando Leiva
1. Si buscas mi Reino, buscas su justicia y paz / a lo largo del camino nada, nada faltará. / A lo largo del camino mi cayado encontrarás, / Yo podré tomar tu carga si es que quieres descansar.
No hay tesoro más hermoso que se pueda ambicionar, / no te ocupes del mañana, que el mañana ya vendrá, / pues tiene su propio afán. / Busca el Reino de la paz, / lo demás se te dará.
2. ¿Por qué estás tan angustiada, si Yo te ofrezco mi paz? / ¿Por qué estás tan malherido, si Yo te puedo sanar? / He dejado en el camino una huella para ti, / y una cruz que es testigo de mi inmenso amor, / y en la mesa he puesto el Pan y el Vino: ¡ven a compartir! / Ven, y siéntate a mi lado, que te quiero ver feliz.
No hay tesoro más hermoso que se pueda ambicionar, / no te ocupes del mañana, que el mañana ya vendrá, / pues tiene su propio afán. / Busca el Reino de la paz, / lo demás se te dará.
3. He dejado en el camino una huella para ti, / y una cruz que es testigo de mi inmenso amor, / y en la mesa he puesto el Pan y el Vino: ¡ven a compartir! / Ven, y siéntate a mi lado, que te quiero ver feliz (bis).