Fidel Sepúlveda - Fernando Carrasco
Ven, Señor de las altas montañas, / ven, Señor de los mares profundos, ven, / devuélvele el alma a tu pueblo, ven, / devuelve la vida a este mundo.
1. Bienvenido, Señor, a esta tierra / que fue copia feliz del Edén, / hoy te abrimos la puerta por dentro, / ven y alumbra en nosotros el bien. / Bienvenido, Señor, a esta casa, / quédate cuanto quieras estar / y los padres, los hijos, los nietos / sentirán el calor del hogar.
2. Nos desarma la desesperanza, / nos vacía la falta de fe: / no hay hermano que atienda al hermano, / no hay la copa que apague la sed. / Pero Tú, que bajaste a elevarnos / abrazando la muerte y la cruz / volverás a sanar a tu gente, / barrerás la maldad con tu luz.
3. Nos confunden los falsos reflejos, / los alardes de un mundo mejor, / nos consumen el cuerpo y el alma, / nos congela la ausencia de amor. / Pero Tú bajarás de lo alto, / andarás sobre el mar otra vez. / Resucita a este mundo que muere, / como a Lázaro ponlo de pie.